Por: Nicolás Pérez
Senador de la República
Indiscutiblemente la izquierda tuvo un crecimiento electoral. El Pacto Histórico fue la bancada más votada en estos comicios y en el siguiente periodo tendrán una participación en el Capitolio que nunca habían logrado. Sin embargo, eso no les garantiza gobernabilidad en un eventual gobierno petrista.
En efecto, por los lados del Senado la situación es la siguiente. Por una parte, el bloque fuerte de izquierda se compone de 19 miembros del Pacto Histórico y 5 de las Farc para un total de 24 parlamentarios. Por otra parte, el bloque de centro-derecha cuenta con 15 legisladores del Partido Conservador, 13 del Centro Democrático, 11 de Cambio Radical, 10 de la U y 4 de la coalición Mira y Colombia Justa y Libre para una suma final de 53 Senadores.
Al respecto, cabe señalar que la unión que se anunció esta semana entre las bancadas de Cambio Radical y la U convierte a estas colectividades en la fuerza política más grande del Congreso, inclusive por encima del Pacto Histórico. Una decisión bastante inteligente por parte de estos partidos que vieron disminuida su votación, pero que ahora asumirán un liderazgo considerable en el legislativo.
Adicionalmente, hay un tercer bloque que podríamos denominar “de centro” que lo integran 15 parlamentarios del Partido Liberal y 13 del Partido Verde. Frente a ellos, vale resaltar que la mayoría del liberalismo no acompaña las propuestas radicales del Pacto Histórico y los verdes se encuentran divididos casi que en una relación de 50-50 entre el petrismo y el centro.
Finalmente, las últimas tres curules del Senado se asignan a un delegado de las negritudes, uno de las comunidades indígenas y al candidato que obtenga la segunda votación en la elección presidencial. De estas, las dos primeras se anexarían al bloque de izquierda y la última, de ganar Petro, estaría en manos de la centro-derecha.
Siendo esto así, la composición final del Senado, dependiendo lo que suceda al interior del Partido Liberal y la Alianza Verde, estaría entre 60 y 70 curules a favor de la centro-derecha, muy por encima de los 55 votos que conforman la mayoría absoluta. De hecho, mientras que el bloque duro de izquierda necesita conseguir 29 votos adicionales para llegar a esa cifra, la centro-derecha solo requiere del apoyo de dos parlamentarios más para controlar el Senado.
Un panorama que tranquiliza institucionalmente, dado que impedirá que un eventual gobierno petrista expropie el ahorro pensional de los colombianos, reviva el caos burocrático y de corrupción del Seguro Social a nivel territorial, modifique la composición de la Junta Directiva del Banco de la República o adelante una reforma tributaria que ahuyente la inversión, dificulte la generación de empleo y establezca impuestos tan altos que pasan de financiar el gasto público a ser de naturaleza confiscatoria.
Es tan claro este contexto que, de ganar Petro, muy seguramente se repita lo que ocurrió cuando él fue Alcalde de Bogotá: las relaciones con el Concejo fueron sumamente malas y, más allá de un apoyo mínimo al inicio de su administración, el cabildo Distrital ejerció una fuerte oposición que protegió a los bogotanos e impidió que ese Gobierno hiciera más locuras en la capital.
Ahora bien, esto no quiere decir que nos podemos relajar y despreocupar de la elección presidencial. A pesar que el Pacto Histórico no controlará el Congreso, son muchas las cosas que puede hacer el Presidente sin autorización del legislativo, tales como aumentar los aranceles, suspender la exploración petrolera, dar órdenes a los 450.000 miembros de la Fuerza Pública y decretar estados de excepción, figura a través de la cual asume facultades legislativas y cuyo control recae en la Corte Constitucional, quien se demora varios meses en analizar esta situación.
Por eso, el objetivo de estos próximos meses será trabajar para unificar al País en torno a una candidatura viable que agrupe la mayor cantidad de sectores posibles, no caiga en extremos, plantee soluciones concretas a las problemáticas que vivimos y logre derrotar al populismo que tanto daño ha hecho en la región.