Por: Nicolás Pérez
Petro abrió la puerta para convocar una constituyente. Una medida que algunos preveían, pero muchos se resistían a creer. Los riesgos son altísimos y el camino que recorrería el país en los próximos meses podría ser desgarrador. Aquí les explico el proceso y las implicaciones:
En primer lugar, tenemos que tener claro que la constituyente es el acto de violencia jurídica más fuerte y letal que existe. No estamos hablando de una reforma cualquiera o de una modificación de forma como ocurre normalmente en el Congreso, sino de tumbar el orden constitucional vigente para establecer uno completamente nuevo.
Por eso, como lo que se busca es establecer unas nuevas reglas de juego y desconocer las existentes, el proceso constituyente nunca respeta ni se acoge al procedimiento de reforma que establece la Constitución que se pretende derogar. Así de sencillo.
Y esta es una precisión muy importante, porque muchos sectores han dicho que Petro no tiene las mayorías en el Congreso para que se apruebe la convocatoria a una asamblea, por lo que podemos estar tranquilos, pero no hay afirmación más errada que esa.
Por ejemplo, la Constitución de 1886 no contemplaba la posibilidad de ser reformada mediante una asamblea constituyente, pero la Constitución de 1991 fue producto de una asamblea constituyente. ¿Por qué? Muy sencillo: los Presidentes Barco y Gaviria utilizaron el estado de excepción para impulsar y convocar la asamblea mediante decretos con fuerza de ley que fueron avalados por la Corte Suprema con una votación de 14 a 12. No se respetó al Congreso y mucho menos a la Constitución vigente de la época. Todo por la misma razón: una constituyente nunca se sujeta al proceso de reforma preestablecido.
En este contexto, si Petro se aventuró a lanzar la idea de la constituyente es porque en Palacio ya deben tener pensada la estrategia jurídica para llevarla a cabo, la cual muy seguramente no contempla ni al Congreso ni a las Cortes.
En segundo lugar, uno podría pensar que con la baja favorabilidad del Presidente el Gobierno no tiene forma de promover una constituyente. No obstante, para materializarla Petro puede llevar al país a un escenario de violencia mucho más crudo que el que vimos en 2021.
Tiene de su lado a la primera línea, a la minga, a los grupos armados que están felices con las cifras de cultivos ilícitos más altas en la historia historia de Colombia y a todos los delincuentes con que negoció el pacto de la picota y ven esta medida una opción para quedar libres. En otras palabras, así como Petro incendio al país para llegar a la Presidencia,fácilmente puede volverlo incendiar para promover la constituyente.
En tercer lugar, en un escenario ordinario Petro no tendría cómo obtener mayorías hoy. Los escándalos y la favorabilidad del Gobierno harían que, en principio, la derecha fuera la fuerza mayoritaria de la constituyente. Sin embargo, la repentina persecución visceral de Petro contra Thomas Greg, la empresa que controla los softwares de las elecciones, hace pensar que quizás el Presidente está negociando algo para manipular los resultados de los comicios y garantizar que la izquierda sea mayoría en la constituyente.
Finalmente, lo más preocupante de la constituyente es que no tiene control ni límites. Es la expresión máxima del poder soberano y, como tal, puede modificarlo todo, desde la estructura la rama judicial hasta el modelo económico, la independencia del Banco de la República, la composición del Congreso y las facultades de los órganos de control.
En manos de Petro esto significaría cambiar todo el sistema para permitir, entre otras cosas, que se financie el presupuesto con emisión de moneda, imponer su reforma laboral, pensional y de salud en la Constitución y limitar la capacidad de las Cortes, no sin antes mencionar que quedaría viva su reelección y muy seguramente cerraría el Congreso, tal como sucedió en 1991.
Por todas estas razones es que no podemos bajar la guardia un solo segundo. Petro sí puede sacar adelante la constituyente y hará todo lo posible para hacerlo, así eso implique llevar la violencia a todos los rincones de Colombia.