Mucho se discute en el País respecto de cuál es la fórmula mágica para crear empleo. ¿Reducimos impuestos a las empresas? ¿Controlamos el ingreso de migrantes? ¿Fortalecemos la inversión extranjera? ¿Nos adentramos en un proteccionismo económico que resguarde la industria nacional?
Las respuestas a esos cuestionamientos son variadas y dependen en buena medida desde la orilla ideológica desde donde se aborde el debate. Sin embargo, al tocar el tema del desempleo debemos ser más pragmáticos que idealistas y proponer soluciones concretas que nos ayuden a disminuir ese alarmante indicador que el mes pasado llegó al 10.5%.
Por eso, junto con el Senador Gabriel Velasco radicamos un proyecto de ley que busca establecer un marco jurídico que permita fortalecer la educación para el trabajo en Colombia. Como tal, el déficit de técnicos y tecnólogos que tiene el País hace que se desaprovechen las miles de vacantes que las empresas deben suplir con el poco personal disponible a muy alto costo.
En efecto, nosotros tenemos en promedio 6 profesionales por cada técnico, mientras que la misma relación en países desarrollados como Alemania, Estados Unidos, Francia e Inglaterra es completamente inversa: 6 técnicos por cada profesional.
Lo anterior, es un factor que reduce notablemente la productividad empresarial en sectores como el agrario, el industrial y el tecnológico que son los que más demanda tienen de este tipo de trabajadores debido a la especificidad de su actividad, a tal punto que el 31% de las vacantes requieren técnicos y tecnólogos y sólo el 25% solicitan universitarios.
Por ello, con esta iniciativa buscamos impulsar el crecimiento de este tipo de educación en el País adoptando las siguientes disposiciones: en primer lugar, crear el servicio público de formación para el trabajo, en segundo lugar, fortalecer los mecanismos de vigilancia y control a las instituciones que prestan el servicio, en tercer lugar, articular las funciones de los Ministerios para promover de manera efectiva el crecimiento de la educación para el trabajo en el País y, en cuarto lugar, crear los sistemas nacionales de calidad e información de formación para el trabajo.
Estas medidas, en términos generales, permitirán transformar los modelos de educación para el trabajo en el País, de tal manera que esta se deje de considerar como un pre universitario y, por el contrario, se vea como una muy importante oportunidad de preparación para el empleo donde la demanda es cada vez mayor y la oferta es mínima.
Es, en esencia, una herramienta que como Estado debemos fomentar para disminuir la dolorosa cifra de desempleo, que tiene a 287mil personas más desocupadas frente al mismo periodo del año pasado, al responder a las necesidades del mercado con un personal calificado.