Por: Nicolás Pérez
La aprobación de la sobretasa de energía fue un error. La Gobernación prefirió imponer sus apretadas mayorías en la Asamblea antes de generar consensos con sus aliados naturales. La centro-derecha sufrió una fractura alarmante y, peor aún, no se escuchó a los sectores productivos que prendieron las alarmas con este proyecto.
Ya mucho se ha ahondado en los detalles del proyecto. La Gobernación espera recaudar $1.2 billones entre 2025 y 2027 provenientes de los bolsillos de los antioqueños, tanto del nivel residencial como comercial. Un severo golpe que sentirán, sobre todo, los emprendedores formales. No en vano organizaciones como Fenalco expresaron de todas las formas posibles sus preocupaciones con el impuesto, pero increíblemente no fueron escuchados. Le estaban hablando a una pared.
Además de las implicaciones técnicas, el impacto político de esta decisión puede ser letal para la centro-derecha en Antioquia. El Gobernador no buscó un acuerdo con su principal aliado, el Alcalde Fico, ni escuchó el llamado de su su jefe natural, el Presidente Uribe, quien hizo hasta lo imposible para que la administración llegara a un punto medio que diera tranquilidad a todos los sectores en este tema.
Al final, con esta imposición que se hizo realidad por escasos dos votos, el Centro Democrático abandonó una de sus principales banderas en su fortín electoral: bajar impuestos. Los antioqueños solo verán un aumento de su factura de energía que se suma al alza de impuestos que hizo realidad el Gobierno Petro.
Y no hay que ser un genio político para darse cuenta que eso traerá un impacto electoral negativo para 2026. Por eso es entendible la oposición de Fico. En la práctica la sobretasa la terminará pagando, en su mayoría, el área metropolitana de Medellín, lo que naturalmente le quitará votos a Creemos-Centro Democrático y hará crecer fuerzas distintas de centro-derecha.
En otras palabras, en vez de buscar la unión que tanto se necesita para los próximos comicios, tanto con figuras políticas como con el sector productivo, la Gobernación de Andrés Julián Rendón fracturó la centro-derecha y peleó con aliados estratégicos. Algo de lo cual es muy difícil recuperarse.
En especial, porque ese billón no provendrá de una nueva fuente de recursos, sino del bolsillo de los antioqueños. Es decir, no estamos hablando que, por ejemplo, Ecopetrol hubiese encontrado un nuevo pozo petrolero que le permita aumentar sus ganancias. Por el contrario, esto es un ataque al trabajo de los comerciantes formales y las familias trabajadoras que vieron en Rendón una opción de centro-derecha para reducir la carga impositiva.
Sumado a esto, el anuncio de EPM de rehusarse a recaudar la sobretasa pone en verdaderos aprietos a la Gobernación. Aunque Andrés Julián dijo que lo haría a través de Valor +, ello implica un incremento en los costos de operación que todavía no se tiene calculado y que naturalmente reduciría los recursos disponibles para la llamada inversión en seguridad.
En últimas, el panorama de la Gobernación no es muy claro. Después del fracaso de la Vaca para terminar las 4G, que no terminó en nada distinto a una demanda de pérdida de investidura contra los Senadores que donaron, ahora se suma una sobretasa que fracturó la relación con sus principales aliados y sin un rumbo claro en materia de financiación de sus principales propuestas.
Todavía no se sabe cómo se terminarán los proyectos de la Vaca ni mucho menos de donde saldrán los recursos para terminar las partes de las mega-obras que el Gobierno Nacional le entregó al Departamento por pedido expreso del Gobernador. Todo pareciera indicar, y ojalá no sea así, que se vienen tres años de más sobretasas y cobros de valorización, al igual que sucedió cuando Rendón fue Alcalde de Rionegro.